LA VOCACIÓN DEL ABOGADO

  • ÍNDICE:
  • ¿Qué es la vocación?
  • La vocación del abogado.
  • ¿Sabes lo que hacen los abogados?
  • Una profesión libre e independiente
  • Las limitaciones del Turno de Oficio

¿Qué es la vocación?

La palabra vocación, procede del latín: vocāre; llamar.

La Real Academia de la Lengua lo define como Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera.

Wikipedia lo define como “el deseo de emprender una carrera, profesión o cualquier otra actividad cuando todavía no se han adquirido todas las actitudes o conocimientos necesarios”. Me quedo con esta.

Encontrar la vocación en la vida, es uno de los pasos mas importantes de la existencia del ser humano, pues saber cuál es nuestro objetivo en la vida, llena de plenitud y satisfacción cuando acometemos nuestro proyecto.

Iniciar un nuevo proyecto que nos llene plenamente, que nos motive cada día, logrará que nuestra vida esté guiada por la ilusión, que el aprendizaje se convierta en alegría permanente,  y que el conocimiento lo mueva la curiosidad.

Si hacemos lo que nos gusta en la vida, no llenamos el tiempo: lo disfrutamos. El trabajo se convierte en servicio y el servicio en ilusión y en alegría. 

Yo dormía y soñé que la vida era alegría.

Me desperté y vi que la vida era servicio.

Serví y comprendí que el servicio era alegría

(Rabindranath Tagore.)

La vocación de abogado.

El ejercicio de la profesión de abogado tiene mucho que ver con la idea de servir, con dejar de centrarnos en nosotros mismos y en nuestro propio interés, para servir a los demás. Y eso provoca un efecto gratificante e inigualable en la vida: Te hace sentir útil.

Además, lo bueno que tiene este oficio es que, aun cuando te dediques a una especialidad concreta, cada caso es diferente, lleno de peculiaridad propia que lo distingue y lo llena de forma diferente, como un antídoto contra la rutina  que evita que se empolve la ilusión de los comienzos.

A veces nos cuesta encontrar ese tesoro escondido en la vida, porque lo hemos enterrado en la rutina. Nuestra búsqueda termina cuando encontramos un trabajo estable que nos paga  las facturas. Por eso, en ocasiones es necesario dejarse llevar por aquello que realmente nos ilusiona en la vida para gozar del cielo en la tierra:

“Pedir al Señor que, pues de alguna manera podemos gozar del cielo en la Tierra, que nos de su favor para que no quede por nuestra culpa y nos muestre el camino y dé fuerzas en el alma para cavar hasta hallar este tesoro escondido, pues es verdad que le hay en nosotras mismas” (Teresa de Jesús. Las Moradas, Morada 5ª cap.1 vers. 2)

¿Sabes lo que hacen los abogados?

«La abogacía es una profesión libre e independiente que presta un servicio a la sociedad en interés público y que se ejerce en régimen de libre y leal competencia, por medio del consejo y la defensa de derechos e intereses públicos o privados, mediante la aplicación de la ciencia y la técnica jurídicas, en orden a la concordia, a la efectividad de los derechos y libertades fundamentales y a la Justicia». (Art. 1 del Estatuto General de la Abogacía)

I.- Profesión libre: Ejercer desde la libertad, significa ejercer desde la responsabilidad.

La abogacía es una profesión libre.

Podemos elegir:

a)   Al cliente.

b)   Los criterios de defensa

c)    Los honorarios

d)   El método de trabajo

e)   Nuestro horario de trabajo.

f)     Renunciar a continuar defendiendo al cliente.

Pero esa libertad impone la recíproca responsabilidad

Responsabilidad frente al cliente.

Responsabilidad por nuestras decisiones sobre los criterios de defensa libremente elegidos, a veces de forma rutinaria e irreflexiva. Sin valorar previamente las consecuencias. Especialmente las económicas.

Responsabilidad de cobrar honestamente por el trabajo realmente realizado.

Responsabilidad de dedicarle el tiempo suficiente a la defensa de los intereses ajenos.

Responsabilidad de ser honestos con el cliente y saber decirle claramente cuando no tiene la razón.

II.- Profesión Independiente: Independiente de quién o de qué?

– Independiente del cliente:

Podemos decidir, si aceptamos su defensa y posteriormente si renunciamos a continuar con la misma.

-Independiente del resultado de nuestro trabajo:

El ser objetivo, es uno de los elementos de la profesión  por los que el cliente paga al abogado. Si el abogado se vincula emocionalmente con el proceso, con el cliente, o con el resultado, o se enemista de forma desordenada con el contrario, con el abogado contrario, o con el propio Juez, por ese asunto, pierde la objetividad y normalmente también el asunto.

Por ello hay que saber mantener la independencia necesaria para que podamos asesorar al cliente, sin vernos afectados emocionalmente por el resultado.

Esta vinculación es tan importante en este trabajo, y se contagia con tanta facilidad que le dedico varios temas a lo que yo llamo el ejercicio emocional de la abogacía. 

– Independiente en el cobro de nuestros honorarios:

Los Honorarios del abogado no dependen del resultado de su trabajo.

Por eso cuando el abogado “ata” el cobro de sus honorarios a un resultado concreto de su trabajo, pierde su independencia, pues deja de serle indiferente el pleito y su resultado. Ganar o perder el pleito: ¡Determinará que cobre o no sus honorarios!  ¿Cómo va a aconsejarle ese abogado al cliente que se allane, o que desista del Proceso,  si eso puede determinar no cobrar por su trabajo?

Cuando el abogado solo cobra si gana el pleito, o logra un determinado resultado, pierde la objetividad que debe presidir la actividad profesional del abogado.

III.- Las limitaciones del turno.

Si asumimos la defensa del cliente por designación del turno de oficio, nuestra libertad debe ceder en beneficio de un derecho superior, impuesto en el art. 24 de la CE. El derecho de defensa.

Ello implica que si decidimos ser letrados del turno de oficio, hemos de ser conscientes de que asumimos la defensa de  los menos favorecidos socialmente,  y por ello debemos procurarles una defensa de la mejor calidad. El ser pobre, no puede ser causa de una defensa peor, o mal preparada  y sin la debida dedicación.

La vocación del abogado de turno de oficio requiere un plus de mayor intensidad en la vocación del abogado.

En el turno de oficio se asume, a veces, la defensa de quien no tiene defensa, y sin apenas remuneración. Pero ello no debe ser obstáculo para tu empeño. Al contrario. La riqueza que da el aprendizaje del turno, es uno de los tesoros esenciales de la formación como abogado. Los abogados del turno,  suelen  ser luego,  mejores abogados que los que no lo han sido. Encontrar en la defensa un resquicio legal, saber argumentarlo, analizar los pormenores de las pruebas, cuestionar su legalidad, suplir con dedicación la falta de experiencia; dan fortaleza y enseñan como nada en esta profesión.

Haz que tu trabajo sea una de las ilusiones en tu vida. Pero NUNCA lo conviertas en la única.

Saturnino Solano.

8 Comments

  1. Buenas tardes, que puedo decir, señor/Don Saturnino, me reconforta el alma, me reconforta la existencia y mi elección. Buscaba y buscaba un Ser, mejor dicho buscaba un abogado con sus cualidades ¿para qué? no para que ne defienda, sino para admirar, para seguir y compartir los ideales superiores de los profesionales abogados. Gracias por dejar por escrito, me ha encantado, y aunque he comenzado con la presentación, estoy segura que más de uno será guiado por su filosofía de vivir y de trabajar a la misma vez. Quien le deja este escrito es Nilda TORRES FIGUEROA y es quien le pide permiso para compartir sus escritos por mi blog. Muchas gracias por su dedicación, tesón, firmeza, constancia y por trasmitir tanta experiencia sin remilgos.

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    1. Estimada Nilda: muchísimas gracias por tus amables palabras. Siempre que menciones su procedencia, estaré encantado de que compartas estos escritos que escribo más con el corazón que con la cabeza. Un saludo.
      Saturnino Solano.

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  2. Buena noche,

    Don Saturnino déjeme decirle que estoy muy emocionado por a ver encontrado este escrito, y la verdad me llego al corazón, y me definió muchas cosas como estudiante. Me libero de la incertidumbre que cargaba, ahora con mas ganas y empeño seré el mejor de los abogados, gracias a su escrito que deja una gran enseñanza. Fortaleció mis bases.

    Mil Gracias.

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  3. Me encanta haberle encontrado, Saturnino. Me pasa lo mismo que a las dos personas que han dejado los comentarios anteriores.

    Yo estudié Derecho por vocación, pero luego, cuando hice mi tiempo de pasantía, conocí una faceta muy poco inspiradora de la profesión, y, tonta de mí, dejé que me quitara la ilusión y la idea de ser abogada. Y es que, antes, la imagen típica del abogado era muy encorsetada, con personas endiosadas que no se bajaban de su pedestal, y yo odio esa visión de la profesión. Pero por aquel entonces me dio la sensación de que no había otra forma de ejercer.

    Ahora, años después, me veo ilusionándome de nuevo, y buscando inspiración encontré su blog. Sigo a varios profesionales que comparten su visión del ejercicio del Derecho, y me siento muy agradecida por todo el trabajo que están compartiendo con los demás, inspirando a gente como yo.

    De pronto me doy cuenta de que estudié una carrera maravillosa, que te enseña a entender cómo funciona el mundo, cómo se relacionan los seres humanos, qué derechos tenemos en la sociedad. Y ese conocimiento me parece fundamental, ¿cómo he podido olvidarlo?

    Es muy bonito tener las herramientas para ayudar y asesorar a los demás, y ayudarles a hacer valer sus derechos.

    En fin, ya comenté ayer en otra entrada de este blog (o anteayer) y ahora me estoy leyendo el resto. Muchísimas gracias por compartir su trabajo y su entusiasmo. Es un gustazo leerle.

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    1. Estimada NURIA: MUCHISIMAS GRACIAS POR TU COMENTARIO. Para mi es gasolina para seguir escribiendo.
      Esta profesión esta cambiando mucho, pero en lo esencial, la idea de ayudar a las personas a resolver sus problemas legales, sigue siendo la misma.
      No te olvides que s empiezas a trabajas por tu cuenta, como abogado, el abogado tiene dos trabajos.
      estoy escribiendo un articulo sobre el primero de los trabajos: CREAR CONTACTOS, para convertirlos en clientes, generando su CONFIANZA.

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  4. Estimado Saturnino, mi estima procede de la admiración que hay en mi por usted, sus palabras precisas, enfatizadas en el servicio de esta vocación. Hoy más que nunca decido ser Abogado. Le agradezco, deseo contactarme con usted por correo, Gracias.

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