¡Sentencia perdida! No pierdas el juicio.

LA GESTIÓN DE LA CONTRARIEDAD:  

2012060475Porno quema hombres estresado_IntHoy quiero hablarte del dolor, del sufrimiento que se siente cuando pierdes un pleito. Compartir el sufrimiento alivia. Aprender a evitarlo… es mi reto.

Déjame que comparta contigo mis emociones. Tal vez pueda aliviarte a ti también, entender esa parte oscura de nuestro trabajo, esas emociones de las que nadie quiere hablar públicamente, por cuanto supone admitir el fracaso.

Distinción entre el error y el fracaso

Lo primero que quisiera es distinguir entre el error y el fracaso:

El error surge de la reflexión humilde de la conciencia, tras un análisis sereno de tus actos. Cuando comparas tu proceder, con otro que terminas reconociendo más ajustado y correcto. En ese punto en el que admites que estabas equivocado, surge el aprendizaje más perfecto, el que ya no se olvida. Se crea así, la lección que forma parte de la vida: tu experiencia. Si…, eso que te pedían cuando empezabas a trabajar y no tenías y protestabas airado: “¡si nadie me contrata…, nunca conseguiré esa experiencia!” Pues eso, precisamente eso, es lo que surge del error: la experiencia.

Cuando aceptas el error sin juzgarte, sin reproches, te das cuentas de que estás en un escalón más alto de tu vida, te das cuenta de que ahora sabes lo que antes no sabías, para no olvidarlo jamás. El error es el camino de los que se atreven a probar lo nuevo y diferente. El error requiere audacia. El error enseña al que practica. El error es esencial para el éxito en la vida. Pero niégate a aceptar que tu error sea un fracaso.

El fracaso es la percepción social del error. Es el estribo en el que se apoyan los hipócritas (que nunca reconocerán haberse equivocado), para pisar tu cabeza y trepar por encima de ti, apartándote a un lado del camino.

El error te hará crecer, forma parte del éxito. El fracaso humilla y reprende. No enseña, solo riñe y desprecia.

Recuerda que en una carrera no es más fuerte el que llega primero. Ese, solo es el más rápido.

El más fuerte es el que cae y se levanta y si vuelve a caer, se levanta de nuevo y aun que la carrera haya terminado, llega a la meta.

Gestionar el error, tiene sus fases y reglas, sobre todo cuando tu ego lo interpreta como un fracaso.

Una sentencia perdida no tiene por qué ser un error y mucho menos un fracaso en tu vida. Pero cuando así lo interpretas, tiene las mismas fases que todos los eventos negativos en tu vida: negación, rabia, valoración, preocupación-depresión, aceptación-solución y olvido.

Vamos a ver como reacciona tu mente cuando se pierde un pleito y tú lo asume como propio.

Negación: El primer latigazo emocional:

Abres el correo y ves el mail de la procuradora en la bandeja de entrada, anunciando la noticia en el asunto: Sentencia… desestima con costas.

Notas en ese momento la descarga emocional: una mezcla de angustia, pinchazo en las extremidades, y mareo. Tu amígdala (la parte del cerebro que gestiona las emociones) acaba de encargarte un “chute” de adrenalina que te va a durar varios días.

Abres el mensaje y el documento adjunto. Bajas directo hasta el fallo… debo desestimar… con costas-

¡No es posible! Gritas.

Después tratas de leer desde el principio la sentencia, pero te cuesta: antecedentes…vas a los fundamentos y vuelven a contarte lo que ponía la demanda, la contestación, que si el recibimiento a prueba, ¡ARGUMENTOS! Gritan a voces tus neuronas irritadas. Generalidades de la acción que se ejercita, corta-pega de sentencias trasnochadas, al uso, hasta que llegas al párrafo: “aplicando la doctrina anterior al presente caso… no puede admitirse la demanda por no concurrir los citados requisitos doctrinales ya citados, por lo que procede desestimar la demanda, con imposición de las costas a la parte actora».

Si en ese momento te hicieras un “selfie”, sabrías lo que es poner cara de gilipollas.

Tras la incredulidad inicial, comienza la rabia, las ganas de romper, de gritar. La adrenalina comienza a destruir tu serenidad. Sin darte cuenta los latidos de tu corazón se han disparado.

Es el momento de beber un buen vaso de leche e irte a correr o a hacer ejercicio, necesitas quemar toda esa adrenalina que te está haciendo daño.

No toleres que tu trabajo afecte a tu salud o a tu familia y a los que te rodean. Pon remedio.

La valoración: tras esa etapa inicial de angustia, de rechazo y rabia, comienza un proceso de análisis. Igual que la luz elimina la oscuridad, la certeza va eliminando el miedo.

Los pasos siguientes te ayudaran a ver el tema con más calma:

Antes de volver a leer la sentencia, lee tu escrito de demanda o contestación. Repasa tus notas y tus alegaciones del juicio.

Después vuelve a leer la sentencia y analiza sus fallos:

Errores de corta y pega y erratas mecanográficas.

Falta de motivación,

incongruencia con lo pedido o alegado.

Comienza a valorar si procede y si cabe recurrir.

-Pide aclaración de sentencia, si hay errores materiales, por insignificantes que sean. La aclaración de sentencia te dará algo muy preciado en esos momentos: TIEMPO. Tiempo para analizar despacio, tiempo para serenarte tú y comentar, con tranquilidad, la sentencia con tu cliente. Recuerda el art. 264 de la LOPJ: 9. “Los plazos para los recursos que procedan contra la resolución de que se trate se interrumpirán desde que se solicite su aclaración, rectificación, subsanación o complemento y, en todo caso, comenzarán a computarse desde el día siguiente a la notificación del auto o decreto que reconociera o negase la omisión del pronunciamiento y acordase o denegara remediarla”.

Ahora bien, piensa también que, en ocasiones, puedes estar impidiéndote, con tu aclaración, un motivo de recurso contra la sentencia, al permitir al juez subsanar, por esta vía, defectos de la sentencia que te permitirían impugnarla en apelación. Por ejemplo: en los asuntos penales, las costas de la acusación particular, se deben incluir en el fallo y, para no hacerlo, la sentencia debe justificarlo razonadamente. Ahora bien, si se limita a no imponerlas sin motivación y por vía de aclaración de sentencia, pides al juez que motive lo que debió razonar en la sentencia y lo hace, luego ya no podrás recurrir la sentencia por este motivo.

Analiza si procede recurrir al sentencia:

Su congruencia con lo pedido por las partes.

Si resuelve todas las cuestiones procesales planteadas.

Si hace una valoración completa y lógica de las pruebas.

Si omite valorar alguna prueba fundamental.

Si los hechos que se declaran probados se sustentan en pruebas practicadas de forma legitima y si puedes modificarlos.

Si aplica de forma correcta la doctrina y jurisprudencia  aplicable al caso.

Y sobre todo, analiza si se han vulnerado derechos fundamentales: si se te ha causado indefensión, si se ha vulnerado algún el derecho de defensa. Etc.

Valora los costes del recurso: tus honorarios y los del procurador, si procede y también, los de la parte contraria, por si se pierde de nuevo el recurso con costas.

La preocupación depresión: analizar la sentencia, te dará serenidad. Es posible que durante los días siguientes estés deprimido.

Evita entrar en ese bucle de pensamientos negativos. Tu cerebro ha interpretado ese hecho juzgándolo como algo terrible, ha disparado la secreción de hormonas que provocaran un estado emocional alterado. Ser consciente de ello te puede ayudar a superarlo. Ese ruido mental no eres tú, es consecuencia de la descarga emocional de tu cerebro, es lo que yo llamo el encendido de la emisora “radio onda preocupaciones: la emisora cerebral… que te llena de ansiedad y … te toca los cojones”

Apagar esa emisora, puedes lograrlo de varios modos. El primero es ocupar tu mente en cosas positivas y de entrega a los demás. Deja de lamerte las heridas y de quejarte que hay mucha gente peor que tú.

Durante los días siguientes, además de hacer más ejercicio, centra tu atención en ayudar a los demás, si eres voluntario de alguna organización, entrégate a tope esos días. Si no lo eres, es el momento de apuntarte. Ocupar tu mente y tu tiempo en ayudar a otros, evitará que tu cerebro se recree en hacerte daño, por algo que no vale la pena.

También es el momento de abrir la cajita de las ilusiones: Esos proyectos que tienes siempre aparcados y para los que nunca tienes tiempo. Me refiero a esas ideas que, con solo pensar en ellas te llenan de alegría: Programar ese viaje, organizar una fiesta con las amigas o amigos del cole, crear una empresa de servicios jurídicos on line… Necesitas sustituir los pensamientos de pre-ocupación, (ocuparte previamente de las cosas, solo causa dolor de cabeza y mal humor) y sustituirlos por ideas que te llenen de ilusión y de alegría.

Evita el agobio y los colapsos en tu agenda. Si a consecuencia de este suceso, centras toda tu atención y tu actividad profesional a resolverlo, dejando de lado todo lo demás, estarás generando obsesión y bloquearás tu trabajo y tu vida. Para evitarlo te propongo que enumeres y fracciones las tareas que debes realizar, para programarlas a lo largo de los días siguientes.

Por ejemplo: desde que abriste por primera vez la sentencia, hasta que presentes el recurso de apelación, vas a realizar, probablemente, todas o algunas de estas cosas:

Mandar la sentencia al cliente, quedar con él.

Valorar los costes del recurso.

Leer demanda y contestación de la demanda. (querella y escritos de acusación y defensa)

Repasar las pruebas practicadas, visionar grabaciones de los juicios

-Buscar jurisprudencia de cuestiones procesales y del fondo del asunto.

-Planificar los motivos del recurso.

-Comentar ideas con otro compañero.

Redactar el recurso.

-Repasar la redacción.

-Presentar el recurso.

Estas tareas las puedes planificar cada día e ir haciéndolas poco a poco, a lo largo del plazo, compaginándolas con el resto de tareas de tu agenda. De esta forma, tu trabajo y tu cabeza, se relajan, cuando saben que el problema está planificado y evitas de este modo que un recurso se convierta en una obsesión en tu vida y en un tapón en tu trabajo. Si pasas veinte días sin hacer otra cosa, cuando termines, tendrás montañas de tareas pendientes y tu vida será un agobio.

El olvido

Poco a poco este suceso ira pasando a segundo plano, hasta llegar al olvido. Es, en ese punto, donde se valora mejor, lo torpe que fuiste por sofocarte de esa manera, por un problema de tu trabajo. Ahí debes valorar el aprendizaje y forjar tu experiencia, para que, cuando te pase de nuevo, recuerdes que los tuyos, nunca deben sufrir por tu trabajo.

COMUNICACIÓN A TU CLIENTE:

Imagina que estas en casa cocinando y te cortas. Como la herida no para de sangrar, decides ir al hospital para que te la vean. ¿Qué sentirías tú si, cuando llegas al hospital, las enfermeras empezaran a gritar al ver tu herida y los médicos se llevaran las manos a la cabeza?

Esta escena surrealista puedes protagonizarla tú, si das la noticia a tu cliente, con el animo alterado. 

Si recibiste la noticia un viernes, evita amargar el fin de semana a tu cliente. Es su tiempo de descanso. Los plazos no comenzaran hasta el próximo lunes. Si lo comunicas el mismo viernes, tu cliente tiene todo el fin de semana para preocuparse inútilmente. Es preferible esperar al lunes. Pero el lunes por la mañana, localízalo sin falta y queda con él.

Cuando llames por teléfono a tu cliente, muéstrate tranquilo. Dile que has recibido la sentencia y que no es favorable. Si has solicitado aclaración de sentencia y los plazos no corren, díselo también cuando le llames, para que vea que ya has actuado, la diligencia, en ese momento, trasmite rigor y profesionalidad.

Lo importante en la primera comunicación no son los detalles, sino la noticia. Queda con él personalmente y mándale la sentencia por mail para que la lea.

Cuando quedes con él, procura tener analizada la sentencia y las consecuencias económicas y personales para tu cliente, así como las posibles opciones y recursos. Procura transmitir serenidad, para lo cual, tú debes estar tú tranquilo.

Debes saber que de todos los trabajos que realizamos los abogados, este es, con diferencia, el más complicado de todos. Requiere presencia de ánimo. Si el cliente te ve sofocado, se sofocará él también.

No le culpes del resultado negativo, si no quieres que él haga lo mismo contigo.

Cuando quedes con el cliente personalmente ten preparadas las diferentes opciones, desde los recursos, hasta los pasos de la ejecución de la sentencia y la ejecución provisional, analiza la posibilidad de hablar con él letrado contrario, para plantearle un fraccionamiento de pagos, ten calculadas las costas etc.

Recuerda que no es momento adecuado para hablar de tus honorarios. Si lo haces será como echar gasolina a una hoguera.

Tu cliente se sentirá contrariado, confundido y furioso. Necesita soluciones, no reproches. Tu actitud debe ser serena. Compartir en la distancia su preocupación, no es mostrar indiferencia. Tu profesionalidad exige, en este momento, la objetividad de tu independencia. Pero no te impide que muestres tu empatía, que comprendas como se siente y se lo digas.

Ayúdale a superar ese mal trago. Le puedes dar los mismos consejos que te he dado. El ejercicio, la ayuda a los demás y los nuevos proyectos que le ilusionen, son ideas que le harán ver a tu cliente que te interesas por él, ademas de por su asunto.

LO QUE DEBES APRENDER DE ESTA EXPERIENCIA:

. La cuantía del pleito. Ahora aprenderás a ser cauto, a la hora de fijar la cuantía del pleito. Si pones cuantías elevadas, las costas serán también elevadas. Tenlo presente la próxima vez. Impugnar sin razón la minuta del contrario no resuelve el problema, lo agrava.

2º La importancia de la hoja de encargo y el fraccionamiento del pago.

Si no hiciste hoja de encargo ni presupuesto. Si no has cobrado nada a tu cliente por este pleito, si pactaste tus honorarios solo a resultado (cuota Litis), seguramente te sentirás más agobiado en este momento. Si por el contrario hiciste tu presupuesto y le has ido cobrando poco a poco el importe pactado, lo más probable es que al notificarte la sentencia hayas cobrado ya tus honorarios. Esto, aun que pueda parecer un tema sin importancia, genera mucha tranquilidad a tu estado de ánimo. La percepción del problema, (perder el pleito), se agrava a nivel inconsciente, cuando no has cobrado tu trabajo

Eliminar en ese momento de tensión con tu cliente, el cobro de tus honorarios, te permitirá una relación más relajada y fluida. Serás más objetivo, podrás valorar mejor las opciones del recurso, sin que tu cerebro te empuje por razones espurias de índole económico, podrás decirle a tu cliente con mayor serenidad, si vale la pena recurrir. 

3º.- la experiencia del proceso. Antes de archivar el asunto, dale un último vistazo al expediente. Valora el trabajo que has hecho y anota lo que este asunto te ha enseñado. Con los años, tendrás una hermosa colección de aprendizajes. No lo olvides, los errores de tu vida, son la base de tu experiencia y de tus éxitos. No los desprecies. Cuando pasan los años te harán grande.

4º.- Prudencia en el consejo. Nunca garantices el resultado de un pleito. Los pleitos más ganados se pierden y los más perdidos se ganan. Recuerda que, para ganar un pleito hacen falta tres cosas: tener la razón, saberla demostrar y que te la quieran dar y por desgracia, de las tres, la única que cuenta… es la última. Alentar al cliente a que pleitee, se puede convertir  en algo terrible. Recuerda esto antes de empezar de nuevo.

.- Busca el lado positivo. Ten la certeza de que lo tiene, búscalo. Házselo ver a tu cliente, cambia tu perspectiva. Ahora es cuando debes ser más creativo. Como mínimo hay un aprendizaje, una experiencia tuya y de tu cliente. De los grandes errores han surgido los más importantes hallazgos. Tu trabajo no es ganar pleitos sino la defensa de los intereses de tu cliente y ten por seguro que eso lo has hecho.

Recuerda que cuando el abogado pierde el juicio, no puede volverse loco.

La emoción negativa, acabará en el olvido y el aprendizaje obtenido se transformará en tu experiencia que es tu mejor currículo.

La actitud ante el problema es esencial para resolverlo. El abogado se dedica profesionalmente a ello. Si conviertes tu trabajo en una fuente de amargura, tu vida será un continuo sufrimiento. Ser positivo, es ver siempre el lado interesante de las cosas, que no tienen por que ser malos o negativos. Convierte tu trabajo en un modo de aprender, de ayudar a los demás con sus problemas y disfruta. Que no te duela reconocerlo: si, he perdido muchos pleitos.

15 Comments

  1. Dios te Bendiga Grandemente… Gracias por compartir con todos nosotros.
    Espero tengas una Hermosa Navidad y que el próximo año, venga cargado de Muchas Bendiciones para Ti y Tus Seres Queridos.
    Tu Colega y Amiga Maria Jaramillo, desde la golpeada pero Hermosa Venezuela.
    Abg. Maria Jaramillo
    0412-1410832

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    1. Muchísimas gracias María: Que tengas tu también una muy feliz navidad tu también. Imagino que ejercer de abogado en Venezuela, hoy por hoy, debe ser un acto de heroísmo. Os admiro, os aprecio y os respeto muchísimo. Para lo que desees puedes contactar en el mail que figura en Contacto.
      Un saludo muy afectuoso desde el otro lado del charco. Con admiración.
      Saturnino Solano

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  2. Saturnino, como siempre, brillante. Cómo me gusta tu manera de encarar la profesión! Feliz Navidad y muchas gracias por transmitir tus conocimientos. Saludos.

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  3. Muchas gracias un texto muy gratificante.Saludos

    Julio de Santa Ana

    C/ Sagasta 8, 1ª planta

    28004 Madrid

    Tel. 91 701 40 70

    Fax. 91 701 40 61

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  4. Buenas tardes Saturnino.
    Me enfrento hoy a mi primera sentencia adversa y después del primer vistazo en diagonal atravesando los fundamentos y desembocando en la condena en costas, acudo a tu blog a releer este artículo en busca de tus sabios consejos. Ahora se trata de respirar hondo y mañana imprimir, sacar el lápiz para subrayar y leer con calma. La verdad es que pensaba llamar al cliente para comunicárselo pero voy a esperar al lunes para no amargarle el fin de semana, siguiendo tus sugerencias. Así que calma, lectura, dedicar el fin de semana a la familia y gracias doy por haber ido cobrando fraccionadamente mis honorarios. Creo que eso es lo que me hace sentirme bastante tranquilo. Trabajo hecho, trabajo cobrado. No podemos garantizar que nos den la razón. Ahora a ver como enfocar la apelación sin descuidar por eso otros asuntos. Gracias de nuevo por tu blog. Me está ayudando mucho.

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    1. José. Mucho ánimo. esta profesión se aprende así. Aunque no te lo haya dicho nadie, esta es la verdad oculta de nuestro trabajo. Ahora, ganar unos días puede ser fundamental. Tu siguiente lectura hazla subrayando lo que creas que son erratas o errores materiales, todo aquello que creas que puede y debe ser aclarado. Y pide la aclaración. Suspende los plazos para recurrir. luego analiza porqué has perdido ese pleito. Ananliza la razón lo mas objetivamente que puedas. apuntalo si quieres. Pero ese aprendezaje es ya, parte esencial de tu experiencia. Ahora empiezas a ser mejor abogado. El lunes, ya con tus primeras conclusiones llama a tu cliente y comparte con el tu estrategia. valora los costes de una posible apelación. Hacer de la adversidad un hallazgo, un aprendizaje, una oportunidad, es la esencia de la sabiduría. Atrévete a cambiar tu actitud. recuerda: la última de las libertades humanas es la de elegir tu actitud ante los sucesos de tu vida para decidir tu propio camnino. Victor Frankl (médico psiquiatra que sobrevivió del holocausto en Auswitch)

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    2. me parece fatal que indiques que la tranquilidad te viene por haber cobrado tus honorarios. Gnar es mas importante ya que da prestigio. Y no te contrataria

      yo tego una nefasta sentencia ( denuncia por mala praxis de otro letrado), la sentencia dice que a veces se gana y otras no, sin mayor abundamiento y mi letrado(exmagistrado), en el recuso presenta un copia y pega y ha cobrado de antemano ucantidad superior a los 10000€. Supongo que también estara muy tranquilo pero es un trabajo poco elaborado y abocado al fracaso

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      1. Estimado Jesús: gracias por tu comentario, aunque no lo comparto.
        «El cobro de los honorarios, cito textualmente, aun que pueda parecer un tema sin importancia, genera mucha tranquilidad a tu estado de ánimo. La percepción del problema, (perder el pleito), se agrava a nivel inconsciente, cuando no has cobrado tu trabajo»
        Como ves, no digo que la tranquilidad viene por haber cobrado tus honorarios. Los abogados no debemos atar nuestros ingresos al resultado del pleito si queremos ser independientes. Y evidentemente si cuando se pierde el pleito el cliente ha pagado tus honorarios, esa cuestión deja de ser un punto de conflicto en tu relación con el él y tus decisiones sobre la conveniencia y procedencia del recurso, serán mucho más objetivas serenas., que si te ves obligado a recurrir por haber atado tus honorarios a un resultado favorable. Aprender a gestionar los honorarios es, también, una asignatura pendiente de esta profesión. Lamento que no coincidamos en este punto, pero en todo caso, te agradezco tu comentario.
        Un saludo.
        Saturnino Solano

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  5. Buenas tardes Jesús. No voy a frenar el impulso que me hace permitirme decir varias cosas a raíz de tu comentario: En primer lugar un letrado que es exmagistrado es un letrado que anteriormente tuvo otro trabajo, nada más, que para ambos se precise la licenciatura o el grado en derecho es la única conexión. El prestigio es una suma de valores puestos al servicio, en este caso, del ejercicio de la abogacía, que normalmente tiene como punto de partida y también como consecuencia una capacidad para aprender -no solo derecho- en una importante medida, de ahí que normalmente conlleve un porcentaje mayor de casos ganados. Es conveniente saber qué es lo que «vendemos» en qué consiste nuestro servicio, si en ganar o en prestar nuestros conocimientos, te lo digo porque si es ganar, a veces no está en nuestra mano, y si es en función de nuestro servicio, sí que somos dueños de ello. Ah! se me olvidaba: entiendo que es muy conveniente para esta profesión entender las cosas adecuadamente y saber escribir también, bien. Un abrazo.

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  6. Mi papá ha perdido un juicio debido a que la testigo principal no dijo exactamente la verdad. Minimizó los hechos y la juez la creyó a ella. Ahora aparte de un accidente ocurrido a mi papá con consecuencias fatales, tenemos que pagar las costas del juicio.
    Rabia, impotencia y desesperación que todavia dura y dificil de superar.
    Me aconsejan que no apele.
    ¿ Que puedo hacer ?

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    1. Anna: Con la información que me das, no te puedo aconsejar. Debe valorarlo el abogado, que imagino que tendrá tu papá. No me dices si es en España, lo supongo. Pero si es en España, en la apelación pueden revisarse las pruebas pero nada de todo esto puedo valorarlo, como comprenderás pues no conozco nada del pleito, aparte de lo que me dices. Si apelan y se vuelve a perder, volverán a poner las costas. Por otra parte, tampoco sé si pidieron o no lo que se llama «el beneficio de Justicia Gratuita», que es un derecho se concede para pleitear sin pagar las costas, entre otros beneficios, a aquellas personas que tienen minusvalías importantes o ingresos inferiores al doble del salario mínimo, unos 1200 € al mes, puede pedirse para apelar, pero solo cuando las circunstancias que provocan la minusvalía o esos ingresos por debajo de esa cantidad, se han producido después de empezar el pleito (Por ejemplo si, a consecuencia del accidente y después del inicio del pleito, tu papá se quedó sin trabajo, podría entonces pedir la justicia gratuita y es importante saber que se puede elegir el abogado cuando se concede este beneficio, siempre que acepte el abogado claro) Lamento no poder ayudarte más, si quieres cualquier cosa puedes escribirme a mi Mali saturninosolano@icav.es o llamar a mi despacho 963950425. Un saludo.

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