Aprende a controlar tus pensamientos.

Este año ha sido un año de muchos cambios en mi vida. Salir de la zona de confort (que no sé porque le llaman así, cuando en realidad es una zona de mierda), te hace cambiar tus planteamientos. Entre otras muchas novedades hice un curso en la UNED,  sobre el estrés y la salud. En él he aprendido muchas cosas que quisiera compartir contigo, entre otras razones porque creo que te puede ayudar en tu  quehacer profesional. 

¿Te has planteado alguna vez, porqué acabas reaccionado siempre de la misma manera? 

A lo mejor me respondes que eres así, o… que es tu carácter. Si embargo, es bueno saber que a todos nos condiciona nuestro pasado. Los sucesos que hemos ido viviendo y nos han transportado hasta nuestro momento actual, los hemos ido juzgando y absorbiendo; guardándolos en nuestro cerebro como recuerdos que condicionan nuestra manera de vivir la realidad actual. 

En especial, los sucesos que evaluamos como traumáticos, generan conexiones neuronales por su impacto emocional y terminan generando redes en nuestro cerebro. Podría decirse que el pagamento neuronal es, de algún modo, la emoción que sentimos primero y consentimos después de forma inconsciente, al reiterar aquel suceso como recuerdo. A nivel emocional, tu cerebro no distingue la realidad de la ficción. Por eso al recordar, vuelves a sentir aquellas mismas emociones que sentiste, justificadamente en su momento.

Me viene a la memoria aquellos reportajes de Félix Rodríguez de la Fuente, en los que se veía un león persiguiendo un grupo de cebras por la sabana africana y, lo que más me impactaba era que en el momento en el que el león atrapaba una cebra, las demás dejaban de correr de inmediato. Se paraban junto al león, mientras devoraba a su presa,  y se ponían a pastar tranquilamente, espantando las moscas con el rabo como si nada. Las cebras saben que el león ya está satisfecho y que el peligro ha pasado. Sin embargo el cerebro humano mantiene viva la amenaza, aun cuando el peligro haya pasado  y eso nos juega malas pasadas.

Es precisamente esta circunstancia, una de las causas del estrés.  Si las cebras tuvieran nuestra mente, sin duda, seguirían corriendo, presas de su propio pánico, pensando: ¿Y… si el león se ha quedado con hambre? ¿Y si la cebra atrapada… le parece que está un poquito dura y quiere otra más tierna…?

La recreación mental posterior de un suceso traumático: el recuerdo, te hace sentir de nuevo y con la misma intensidad, aquella emoción primera y genera y mantiene las conexiones neuronales, hasta convertirlas en un patrón de tu conducta actual. 

Sin saber porqué, empiezas a vivir permanentemente asustado, con miedo, sintiendo que todo te va a salir mal y… claro, todo te sale mal; lo que, a su vez, aumenta tu estrés con nuevos sucesos que juzgas como terribles y amplían tu catalogo de recuerdos de la sección: «putadas».

¿Es  posible liberarme de esos pensamientos? 

Para eliminar ese apego a tus recuerdo, hay que desprenderse de la culpa y para ello hay que observar en tu interior y tomar conciencia de ti mismo. Darte cuenta que tu existes realmente, sin necesidad de considerarte una víctima y al margen de lo que suceda fuera.

Igual que el  odio se desvanece, cuando la víctima lo abandona, la culpa se desvanece cuando dejas de juzgarte a ti mismo. 

Pero para hacer todo eso, es necesario PARAR.  

Si,  parar. ¡Que te estés quieta/o un ratito y dejes de dar por saco con la pelota de tus pensamientos! 

La única forma que conozco de entrenar la atención, es hacer meditación por la mañana. Después de asearme y desayunar. (Al principio, 10 minutos bastarán). Primero relajas tu cuerpo y luego Inhalas, poniendo atención en tu respiración, en como entra el aire por tu nariz y como exhalas por la boca. Te concentras en la temperatura del aire al entrar y mas templada al salir. En el roce del aire en tu nariz. Es un entrenamiento para aprender a controlar tu atención. Cuando estés un rato observando tu respiración, pon la atención en el «observador». SI, en ti mismo, como si mirases hacia adentro de ti. Al hacerlo sientes poco a poco un espacio entre tú y tu respiración. Cuando entran los pensamientos los observas, los dejas pasar sin que te atrapen.

Lo mejor de hacer meditación por la mañana es que a lo largo del día puedes tomar conciencia de que esa voz de tu cabeza no eres tú. Cuando te  vienen pensamientos y recuerdos, los dejas pasar sin que te atrapen sus historias y emociones. Luego, si en algún momento te percatas de que el pensamiento te ha enganchado y llevas media hora abducido, sintiendo el dolor que te provoca su recuerdo: sonríe. Si, sonríe. Aún sin ganas, fuerza tu boca hasta sonreír y vuelves a centrar tu atención en la respiración. Muy importante: no te juzgues. Eso es lo quiere tu voz: hacerte sentir culpable de nuevo. Si te pasa, simplemente sonríe. Juega con la voz de tu cabeza a que no te pille, como en el patio de la escuela. Y poco a poco aprenderás controlar tu atención de forma divertida y sin enfadarte.

Además, lo mismo te pasará cuando te suceda algún evento que te pueda perturbar. Comienzas a sentir una pequeña distancia, un espacio minúsculo al principio, pero suficiente que te permite parar, tomar distancia del momento y DECIDIR. Si, decidir. Tomar las riendas de tu actitud frente al suceso, en lugar de dejarte arrastrar por tu conciencia emocional. Te sientes dueño de tu vida, sin dejarte perturbar. Los sucesos que antes entraban en tu sección de «putadas» ahora estarán en tu estante de VICTORIAS.

Cuando aprendes a observar y controlas tu atención; a lo largo de tu día, sientes como se abre una pequeña brecha entre los sucesos del momento y tu respuesta. Sientes un mínimo espacio, un pequeño instante que te permite decidir, en lugar de reaccionar de manera inconsciente, dejándote arrastrar por la rabia y el miedo que te imponen tu pasado. Comienzas a sentir la libertad de poder ser dueño de tu decisión, de poder cambiar tu actitud en cada instante de la  vida, sin necesidad de condicionar tu existencia a tu pasado. 

La buena noticia. 

La buena noticia es que igual que un evento que juzgaste como «malo» o traumático, generó en tu cerebro aquella atadura emocional en tu pasado, condicionando tu realidad posterior y generando lo que se conoce como Distrés (o mala leche permanente). Igualmente la ciencia ha constatado, que revivir momentos de éxito en el presentecada día; sintiendo y reviviendo  la emoción de  aquel momento, en el que te sentiste triunfador, también condicionan tu presente y provoca un estado emocional de motivación y euforia conocido como Eustrés que condicionará tu futuro hacia el éxito. 

Esta realidad se ha constatado, analizando la técnica de la visualización que utilizan los deportistas de élite en su preparación. Repiten  mentalmente, una y otra vez sus mejores jugadas, planificando milimétricamente sus movimientos y percibiendo la satisfacción de la jugada y de su éxito. Sienten la emoción de su victoria, convirtiendo el sueño en realidad. 

La técnica se basa en que el subconsciente, como has visto, no distingue entre la realidad vivida y la imaginación creada.  A tu cerebro le da igual que esa imagen de tus pensamientos sea real  o simplemente imaginadaSiempre y cuando al recrearla, seas capaz de sentir y provocar la emoción del éxito y su euforia, causarás en tu cerebro el mismo efecto que si realmente te hubiera sucedido. 

Por eso, cada  mañana, en lugar de arrastrarte como un zombi hacia la ducha y el café, dejando que la rutina te engulla y te machaque con la culpa y la amargura: PARA. Haz un poco de meditación y recrea en tu imaginación esos momentos de existo en tu vida, para llenar tu presente con aquella sensación de plenitud y de euforia, y luego diseña tu día, percibiendo la convicción de que arrasas, que vas a triunfar en tu tarea, regodéate con la convicción de cada detalle de tu éxito y luego sal. Sal a la vida a ganar esa batalla

A Eduard Punset In memoriam.

3 Comments

  1. Hola, Yo he jugado a “trabajar “ me divierto litigando y sólo llevo 37 años haciéndolo… interesante me parecen sus notas y desearía seguir compartiendo con ustedes DIVERSOS detalles y técnicas de entrenamiento mental qué YO conozco y compartir con colegas y prospectos de abogados. Saludos cordiales y éxitos acompañados de un afectuoso abrazo enorme envuelto de gratitud.💯❗️❗️❗️❗️📲📱⌚️📽

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    1. Estimado Colega: Gracias por su comentario. Me honra por su veteranía de la que yo también me encuentro próximo (36 años de ejercicio profesional). Cada día me levanto para saborear la sorpresa que me depara la vida y creame, que cada día me sorprendo gratamente al encontrarla. Hace años que decidí cambiar el miedo por la aventura. Un afectuoso y muy cordial abrazo desde Valencia, (España). Saturnino Solano

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